Cuentas claras, relaciones largas. 3 claves para que el dinero no sea un conflicto en la relación.

1. Alinear las metas financieras:

Alinear las metas financieras es clave para establecer prioridades claras, tomar decisiones acertadas, brindarse apoyo mutuo, ahorrar, invertir y superar obstáculos financieros en pareja.

Recuerda que para alinear estas metas es importante iniciar una conversación franca sobre los objetivos financieros de cada uno, así como las metas de pareja. Una vez establecida la conversación, identifica metas comunes en las que ambos estén interesados, como ahorrar para un pago inicial de una casa, invertir para la jubilación o planificar un viaje.

Nuestro TIP:

Es importante ordenar las metas financieras de acuerdo con el nivel de importancia y factibilidad. Las parejas podrán clasificar las metas en corto, mediano y largo plazo. Discutan cuáles son las metas más urgentes y las más necesarias, así como cuáles podrían esperar. Además, los esposos deben establecer fechas límites realistas para alcanzar cada meta financiera y definan hitos intermedios que ayuden a medir el progreso.

2. Definir la personalidad financiera de tu pareja:

Los diferentes tipos de personalidades financieras pueden influir en cómo las personas manejan su dinero y toman decisiones. Comprender tu propia personalidad financiera y la de tu pareja puede ayudarte a tomar decisiones financieras más informadas y adaptar tus estrategias. A continuación, te explicamos varias personalidades financieras:

3. Finanzas juntas, pero no revueltas:

Tomar en consideración el contexto y la realidad financiera de la pareja es clave para repartir las obligaciones y pagos. Existen tres maneras de hacerlo:

a. Responsabilidades compartidas: En este caso deberán identificar aquellas obligaciones y pagos que pueden compartir de manera equitativa. Esto puede incluir el pago del alquiler, las facturas de servicios públicos, los gastos de alimentos y otros gastos necesarios para el hogar. Para ello, los ingresos que cada uno debe ir a una cuenta conjunta y, de allí, se gastará según el presupuesto realizado.

b. Obligaciones de acuerdo con los ingresos: Esta opción se basa en repartir los gastos conjuntos con la finalidad de que cada parte aporte por separado. Si tienen ingresos similares, se recomienda que cada uno aporte con el 50% del salario. Si los ingresos son distintos lo más recomendable es hacerlo de manera proporcional.

c. Obligaciones de acuerdo con las preferencias: Esta tercera opción consiste en definir qué obligaciones y pagos pueden ser responsabilidad de cada uno, esto, de acuerdo con las preferencias y habilidades de cada persona. Por ejemplo, uno de ellos puede encargarse de pagar los servicios de streaming y el otro puede encargarse de los seguros y las inversiones.

Nuestro TIP:

Es importante que la pareja realice revisiones periódicas para evaluar cómo está funcionando la distribución de las obligaciones y los pagos. Ajusten si es necesario, y asegúrense de que ambas partes se sientan cómodas con la asignación de responsabilidades y la equidad en la contribución financiera. ¡Y nunca se olviden de poner los ahorros primero!

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